Lo peor de los supermercados de Bucaramanga, es el servicio que prestan en las cajas registradoras. Siempre hay menos de la mitad de las cajas funcionado. Y por supuesto aparecen unas colas terribles. Eso sin contar con la alta probabilidad del daño o traba de una caja registradora. Eso si es el acabose. En uno de ellos, intentan mejorar las cosas, obviamente no aumentado la cantidad de cajas hábiles: ¡Instalando sillas para que los clientes hagan la fila sentados!
Unos verdaderos genios.